En el deseo por avanzar, y salir adelante nos hayamos momentos en los que nuestras vidas se parasen a la niebla, sale de la nada, se impone ante el mayor resplandor, u oscuridad presente. Y nadie la puede atrapar, o contener, mas, sin embargo, aunque quisiéramos detenernos y no parar de contemplar tan encantador panorama, nos confunde el hecho y la impotencia de no tener el control y capacidad de disfrutar por siempre de tan maravilloso fenómeno.