Cristina, Esteban y Arturo sobrevivieron a una epidemia después de que sus padres murieran, pues esta enfermedad, por alguna razón, no afecta a los niños ni a los adolescentes. Con el tiempo, el aislamiento del pueblo, la comida que escasea y los ataques cada vez más frecuentes de los carcomidos obligan a los tres amigos a tomar la difícil decisión de quedarse a resistir en su hogar o emprender la huida a “la isla”.