Para muchos no es el mejor libro de Hesse, para otros todo lo contrario; lo cierto es que este libro parecería ser el porta voz de generaciones completas, desde plantear la existencia de dos mundos, hasta la adoración a un dios que contemple lo bueno y lo malo de la vida. Este es un libro que se debe de leer entre los 20 y 25 años de edad, pues representa un parteaguas a la liberación individual psicológica e íntima.