El deseo es el núcleo de la autonomía femenina. El deseo de no aguantar la violencia que no solo no cesa, que toma revancha contra el no de las mujeres o contra sus decisiones: irse con alguien, no irse, dejar a un novio, empezar a trabajar, salir a bailar, vestirse, desvestirse, invitar a salir o a tomar un helado de dulce de leche.