Poco antes de fallecer, la madre de Terry Tempest Williams le dijo: “Te voy a heredar todos mis diarios, pero prométeme que no los verás hasta que me muera”. Había sido una sorpresa para la autora descubrir que su madre tenía un diario, pero más grande fue el asombro de descubrir que cada uno de los cuadernos —su herencia— se encontraban en blanco. A lo largo de 54 breves pasajes, Williams trata de explicar ese vacío a través de un caleidoscopio cuidadosamente construido alrededor de una pregunta central: ¿Qué significa tener una voz?
Cuando las mujeres fueron pájaros. Cincuenta y cuatro variaciones sobre la voz explora cómo nuestro sitio en el mundo no está sólo ligado a la comunidad a la que pertenecemos, sino al territorio que habitamos, con todo y sus plantas, montes, vientos y pájaros. La publicación de Cuando las mujeres fueron pájaros surge del interés continuo de Ediciones Antílope por la escritura de las mujeres, la literatura en traducción y temas fundamentales de la agenda actual como los feminismos, la maternidad y la crianza. El sitio de este libro dentro del catálogo de la editorial se acomoda a un lado del libro Habla, de Rebecca Solnit y Mary Beard, así como Pequeñas labores, de Rivka Galchen. Las reflexiones de Tempest Williams en torno a la maternidad y la hijeidad se complementan con títulos anteriores de Antílope, con el fin de abrir diálogos y reflexiones entre los lectores sobre el papel de las mujeres tanto en la intimidad como la vida pública. Asimismo, este ensayo literario toca temas fundamentales que atañen a la humanidad en la actualidad, como son la naturaleza, el cambio climático y la relación de la humanidad con su entorno.