Dicen los expertos que cuando un autor muere frente a su obra, inminentemente guarda un poco de su esencia y el libro, pintura, escultura o película conservan el alma del artista. Por ello, La grande es considerada su mejor novela, puesto que murió mientras la escribía. Él, como muchos otros escritores, era consciente de la crisis de su época, por lo que ante la imposición de nuevos valores y cambios radicales, buscó llegar a más personas a través de lo que mejor sabía hacer: escribir; no obstante, para no atormentar a los lectores poco informados, mezcló la cotidianidad de su narrativa con una fuerte denuncia de las arbitrariedades que veía pasar. Así halló en su obra la mejor forma de expresión.