Dos líneas narrativas que no tardan en desdoblarse en cuatro. Un mundo caribeño donde la tecnología se entrelaza con los saberes populares, donde la ciencia convive con la religión en una trama carnavalesca. Catástrofes ecológicas, marginalidad, narcotráfico, corrupción, sexualidad, un sin fin de tramas que se entrecruzan en un engranaje perfecto.