La que es considerada una de las mejores novelas españolas del siglo XIX fue prohibida años después, durante el franquismo, por su anticlericalismo, su “lascivia sacrílega” y su denuncia de la hipocresía en la provincia. Después de la guerra civil tuvieron que pasar más de quince años antes de que se autorizara su publicación, e incluso cuando se hizo, en 1946, sólo se autorizó como parte de una edición de lujo.