La novela negra ha roto sus fronteras. Desde Baker Street y los barrios bajos de Estados Unidos, ha saltado al Mediterráneo, los países nórdicos, Extremo Oriente… y Brasil. Río de Janeiro —"purgatorio de belleza y caos" como cantó Fernanda Abreu— es el escenario de catorce relatos policíacos escritos por algunos de los narradores brasileños más afamados del género: entre otros, Alfredo Luiz Garcia-Roza, Victoria Saramago, Marcelo Ferroni, Adriana Lisboa, Luis Fernando Verissimo, Raphael Montes y Tony Bellotto, quien además edita la antología y redacta un esclarecedor prólogo acerca del género negro en las letras brasileñas. Cada cuento presenta como telón de fondo un barrio carioca, dibujando un vívido mosaico por el que desfilan proxenetas, adivinas, coroneles, policías, narcos de las favelas, celebridades de la televisión, timadores, turistas, gigolós, detectives, periodistas, políticos, asesinos y escritores. Río es un enigma a descifrar cuyo secreto va mucho más allá de las vistosas postales turísticas, pues a menudo —como bien saben todos los amantes del noir— un exceso de luz y color —más que iluminar— ciega.