Novela vívida y brutal en la que el autor, a través de preguntas audaces y burlescas, cuestiona el socialismo chino y muestra su dominio del lenguaje para dinamitar el discurso político.
Yang Liujiu no tiene otra opción. Mao lo nombró jefe de un proyecto sin fin en las profundidades del campo chino. Los trabajadores son incontrolables. Tienen hambre, por lo que matan a los perros que deambulan. La tensión aumenta y se desata la violencia. La construcción parece interminable, también el salvajismo.
Ante la ausencia del capataz, desaparecen la disciplina y la camisa de fuerza ideológica. En este ambiente, el pueblo es el lugar de todas las tentaciones (dinero, mujeres y alcohol) y desata instintos y pasiones individuales en este inesperado teatro de comedia humana: juego, robo, crimen, locura, violencia animal y sexual… atravesado por un rayo de bondad, finura y belleza.
En Una carretera en obras, Mo Yan afirma su singular genio y nos entrega una fábula intensa, compleja y fascinante, tejida con su habitual maestría.