El rechazo del trabajo

Quienes se resisten a trabajar, con independencia de cómo elijamos definirlos, no tienen ninguna misión general, ninguna voz pública, y ninguna unidad real, más allá de su conjunto de experiencias común. Personifican una desilusión cultural con el trabajo que no ha encontrado aún expresión colectiva o aceptación política, y aún está por ver si la creciente desafección al estilo de vida basado en el trabajo y el gasto podrá traducirse en una verdadera alternativa social

Me parece increíble el esfuerzo tan continuo que hay que hacer simplemente para ganarse la vida

la voluntad de vivir para y a través del trabajo hace a los sujetos supremamente aptos para los propósitos capitalistas»

podemos encontrar en el trabajo, así como otros placeres que tal vez deseemos descubrir, cultivar y disfrutar

Es, por el contrario, insistir en que hay otras formas de organizar y distribuir esa actividad y recordarnos que también es posible ser creativo fuera de los límites del trabajo. Es sugerir que podría haber una variedad de formas de experimentar el placer que ahora

criticar el trabajo no es necesariamente negar que el trabajo tenga valor

lo que se exige en último término no es tanto el derecho a la pereza como un derecho a realizar con más plenitud las capacidades humanas

Expresa, por el contrario, el deseo de ampliar el espacio para las actividades autónomas y de reclamar el tiempo para trabajar para uno mismo

crítica al trabajo no es una defensa de la pereza

crítica a las presiones morales, materiales y políticas que se ejercen sobre el trabajador, y no un conjunto de juicios sobre las actitudes de los trabajadores en sí