René Descartes es sin duda uno de los pilares de la filosofía moderna y uno de aquellos filósofos cuyo pensamiento se halla plasmado en una gran obra: Meditaciones acerca de la Filosofía Primera. Este texto posee además una peculiaridad: fue presentado por el autor a diversas personas doctas antes de ser publicado, así que recibió una serie de objeciones a las que el autor respondió en forma pormenorizada. Él mismo nos dice, y con razón: «me presentaron tantas y tan variadas objeciones, que me atrevo a confiar en que no será fácil que a alguien se le ocurran otras, al menos de cierta importancia, que ellos no hubieran ya presentado. Por lo tanto, les ruego una y otra vez a los lectores que no juzguen de las Meditaciones antes de que se hayan dignado leer todas esas objeciones y sus respectivas respuestas» (AT, VII, 10). Por otra parte, aunque el texto original fue escrito en latín, la lengua de los académicos en el siglo XVII, muy pronto fue traducido al francés, no para ser leído por todo el mundo, ya que el autor consideraba que su escrito no debería caer en manos indoctas, sino para liberarlo de las adherencias que pudiera tener del vocabulario de la escolástica. La traducción fue conocida y aprobada por el mismo Descartes, de modo que se tienen asi dos textos un tanto diferentes, que pueden ser considerados ambos como originales. De ahí la conveniencia de disponer de ambas versiones y su respectiva traducción al español. A los seis grupos de objeciones y respuestas que fueron publicadas en la primera edición de 1641, se añaden aquí las séptimas objeciones elaboradas por el jesuita Pierre Bourdin, particularmente pugnaces, que fueron incluidas en la segunda edición de 1642.