El Interior

Viajar por las zonas turísticas es más complicado —porque todo está hecho para que sea más fácil. Es como mirar la tele: todo preparado para que cumplas con un papel de receptor, para dejarte en un lugar acotado, cerrado.

—Acá si vos no querés meterte en líos vivís bien. Cobrás tu sueldito, te hacés el boludo, cuando te llaman a votar vas y votás. Estás tranquilo, no tenés problema.
La frase es casi tan repetida como aquella de la casa abierta, el coche con las llaves.

La cooptación de los pobres —la integración por la escuela, los trabajos, los derechos— fue un lujo que la Argentina supo darse: el peronismo. Les dieron bastante y —además— servía para que no buscaran de otras formas. Ahora el peronismo se basa en la marginación de los pobres: funciona porque los pobres no tienen más salida que responder al caciquismo asistencialista —de un plan jefes, de un empleo estatal. De un peronismo al otro, maneras de leer la historia patria.

¿Por qué la pobreza del ranchito de adobe y algarrobo nos parece casi bonita, estética y tranquilizadora y en cambio la pobreza de la villa es ofensiva y no implica valores positivos? ¿Por el mantenimiento de las tradiciones, porque es la pobreza pero honrada que han cantado poetas y folcloristas, porque está lejos y no resulta una amenaza?

El único problema de Mendoza es la Argentina.

Y somos tantos: somos, en algún momento, casi todos: el tipo que te tira el coche encima en la bocacalle, el tipo que va por la carretera a cientoveinte a cinco metros de tu coche porque está apurado y quiere prepotearte, el tipo que agarra una curva al doble de la velocidad indicada y el coche se le empieza a deslizar al otro lado. Es difícil hacer un país con gente que piensa la sociedad en esos términos.

. Cada año mueren unos 4.000 argentinos en accidentes de tránsito; los homicidios, en cambio, matan a unos 2.200, pero el mal supremo es la delincuencia, la inseguridad. He visto pocas marchas para pedir coches más seguros, mejores carreteras, policía de tránsito que no se corrompa tan barato. Quizás sea porque a nadie se le ocurre contar que hay muchos países en el mundo donde se toman medidas para que manejar no sea tan peligroso. Quizás sea porque las automotrices son potentes; quizás no.

Dios reina. Jesús te ama. ¿No es el reparto clásico de los roles en las parejas del poder? Perón cumple, por supuesto; Evita dignifica. Bill Gates gana fortunas, su mujer se las gasta en beneficencia. Hijo si te seguís portando mal le voy a decir a tu papá. Es curioso pensar en Jesús como primera dama.

El turismo es una ilusión que exige mucho esfuerzo.

La idea del Interior como desierto es una construcción de Sarmiento y la generación del 80: tenían que declarar vacío el lugar que querían ocupar, para legitimar su ocupación.