De pasión y de guerra es una novela que tiene dos escenarios principales: por un lado, la violencia en aquellos convulsionados años de comienzos del siglo XIX, con períodos de batallas, disputas de poder y, sobre todo, con ejecuciones y escarmientos (la exhibición de la cabeza del mismo Francisco Ramírez en una jaula de hierro es un ejemplo estremecedor de esto); y por el otro, el amor que signa la vida del caudillo —también conocido como “El Supremo Entrerriano”—, dividido entre dos mujeres fascinantes y contrapuestas: Norberta Calvento, su prometida, que nunca dejó de amarlo, y que murió en la vejez amortajada —según la leyenda— con aquel mismo vestido de novia cosido en vano para su casamiento; y “La Delfina”, brasileña, coronela guerrera y acompañante de Ramírez hasta su trágica y apoteósica ejecución.
Existen innumerables relatos de amor en épocas de guerra, pero muy pocos transmiten la verdadera pasión romántica del modo en que lo hace esta historia. Como bien escribe Mempo Giardinelli en su prólogo: «Juan Basterra logra que el tiempo corra en paralelo a vidas y pasiones, pero como en otro ritmo, uno que parece más vertiginoso aunque se va demorando, todo pasión, hacia un final sofisticado y poético».