De forma parecida, durante miles de años, los humanos utilizaron a Dios para explicar numerosos fenómenos naturales. ¿Qué provoca el estallido de un rayo? Dios. ¿Qué hace que caiga la lluvia? Dios. ¿Cómo empezó la vida en la Tierra? La hizo Dios. A lo largo de los últimos siglos, los científicos no han descubierto ninguna evidencia empírica de la existencia de Dios, mientras que sí encontraron explicaciones mucho más detalladas para la caída de un rayo, la lluvia y los orígenes de la vida. Ello explica que, con la excepción de algunos subámbitos de la filosofía, ningún artículo de ninguna revista científica sometida a revisiones académicas se tome en serio la existencia de Dios.