para establecer nuevas prácticas y un cambio organizacional efectivo.
Primero y fundamental: todos tienen que acostumbrarse a nueva terminología y a llevar a cabo roles y rituales que no son para nada familiares.
Segundo: la agencia debe estar convencida de los beneficios de incluir diariamente al cliente en el equipo (no hay que tener miedo de eso).
Tercero: hay que conformar un equipo multidisciplinario autónomo, que incluya al cliente, alineado con los objetivos de la hoja de ruta, con planificación flexible y que colabore en una estructura plana (y decirle chau a la matriz organizacional tradicional).
Cuarto: hay que acostumbrarse a que el equipo debe mantener una reunión diaria de no más de quince minutos que se restrinja a tres temas fijos y de manera estricta (no debería ser tan complicado).