Considerada por el autor su mejor obra, el ciclo Alamedas oscuras constituye un hito en la prosa rusa del siglo XX: último exponente de la larga tradición literaria decimonónica iniciada por Pushkin —una despedida de aquella Rusia patriarcal de nobles y campesinos, de siervos y terratenientes, de fincas, carretas, casas señoriales y celebraciones religiosas—, es también una exploración, una búsqueda del lenguaje y del estilo adecuados para narrar la intimidad de las relaciones amorosas.
Iván Bunin, uno de los escritores más exquisitos de su tierra, condensa en estos relatos toda su experiencia vital y artística y alcanza cimas de belleza, sensibilidad y concisión.