Todo comienza con un ojo y todo termina con el mismo ojo, de ahí Guadalupe Nettel nos cuenta su infancia: graciosa, directa y con una nostalgia.
Me encanto el libro, totalmente adictivo y con una lectura muy fácil, nuestros padres disponen de una forma en que creen correcta para criarnos pero solo es otra forma de encontrarnos con traumas y puntos de partida para nuestra vida, ser niño también es doloroso y ajeno a la libertad por más que podamos correr sin cansarnos, somos lo que nuestros padres nos dejan ser con sus cortas o sesgadas visiones.
A huevo, chismecito. Pensé que iba a estar aburrido porque ¿Qué sufrimientos puede tener alguien que vivió en Villa Olímpica cuando niña? Pero es genial y está muy bien contado, perfecto si estás buscando en tus traumas de la niñez. Ahora ya sé porque soy adicta al Lumen y a las farmacias 😂