Muchos de los héroes melvilleanos temen y sufren «la deriva universal de la masa de la humanidad hacia el más completo de los olvidos» de la misma angustiosa manera que tratan de oponerse a ella. La propia deriva de Melville en su tiempo, incomprendido y escasamente valorado por el público y la sociedad literaria, no auguraba el reconocimiento que le reservaría la posteridad.
Desplazados, retirados, víctimas de grandes mudanzas, sus personajes tratan de encontrar un sentido a la soledad que finalmente ha caído sobre sus vidas: a veces lo encuentran, sí, y entonces alguno de ellos, «con genio y sin fama, es más feliz que un rey»; otros se aferran obsesivamente a una obra que les identifica, como puede ser un campanario, un “Gran Aparato Hidrostático” o una chimenea, y en esa identificación hallan la muerte, un fracaso investido de dignidad o, al contrario, el valor de una insobornable resistencia; algunos, como el protagonista de “La veranda”, persiguen quimeras sólo para descubrir que ellos mismos son la quimera de otros menos afortunados; y otros, en fin, como el marino Daniel Orme, se llevan a la tumba el secreto de su hosquedad y su silencio.
En este volumen se recogen los Cuentos Completos de Melville y el lector tendrá ocasión de descubrir en él no sólo las claves de una literatura inspi-radísima, extemporánea y visionaria, sino también la apreciable deuda que la posteridad ha contraído, y quizá no saldado, con su autor, si duda uno de los mayores precursores de las corrientes literarias del siglo XX.