Te amo, pero prefiero dejarte

La voluntad a la cual apelo no es dejar de sentir sino dejar de estar donde se nos lastima, así nos duela, así pensemos que la vida se acaba.

No importa cuánto te amen, sino cómo lo hagan.

La voluntad a la cual apelo no es dejar de sentir sino dejar de estar donde se nos lastima, así nos duela, así pensemos que la vida se acaba.

Para salir de la dependencia afectiva no hay que esperar a desenamorarse, porque si el sentimiento es enfermizo puede durar siglos. Lo que hay que hacer es alejarse, así sea difícil.

Ponerle límites al amor no significa ponerle límites al sentimiento, sino al acto compulsivo de seguir aferrado a un vínculo, cuyo costo es la integridad física o psicológica.

nos libera o esclaviza

No importa cuánto te amen, sino cómo lo hagan.

Existe una dimensión ética del amor que se cruza con la autoestima, y que nos obliga a pensar este sentimiento; a revisar la relación y a preguntarnos si el sufrimiento realmente tiene algún motivo razonable.

Con el amor pasional no basta. Se necesita un amor que además de murciélagos en el estómago, sea justo, ético y digno, porque el amor sentimental -per se- no conlleva estas virtudes.

El amor no solamente es emoción, también es Philia (amistad) y Ágape (compasión). El amor no sólo se siente, también se piensa y se asume en el dolor ajeno. Por eso siempre hay un espacio para la razón en el intercambio amoroso.