Hecho de sentimientos, Irse es el diario personal de Esmeralda Berbel a lo largo de tres años clave en su vida: los de su divorcio. «Me abandonas dos veces, entre una vez y otra pierdo un puente; me duelen las rodillas y los nudillos de la mano derecha; entre una vez y otra, escribo, lloro y te dejo. Me hago daño. Me enamoro. Vuelves. Te vas. Y veo en la palabra abandonar la palabra dar y la palabra mujer.» El movimiento es una constante, así como las voces de sus allegados, diálogos que se transforman en paisajes y que tan pronto traen una descripción de la Barceloneta como de Portland o de la selva amazónica. Berbel hace de la escritura un boquete por el que mirar, una forma de asomarse a la vida que fue y ya no es. «Me gustaría ver, en la palabra, cuándo cambia el lenguaje, cuándo cambia el dolor, cuál de los dos se anticipa.» Su lectura fluye como una novela gracias a su prosa y a la prudente distancia literaria en la que está escrito.