Este libro trata de enseñarnos y hacer ver que los conceptos de padre y progenitor que, aparentemente y desde el punto de vista semántico, parecen lo mismo, no lo son, o no deberían serlo. Ser padre entraña una responsabilidad para con los hijos. Un padre debe impulsar al hijo: guiarlo, cuidarlo, educarlo e iluminarlo en su camino por la vida, ser su primer motor. Muchos padres solo son progenitores porque no se ocupan de sus hijos. Solo son progenitores, aunque se llamen padres por el hecho físico de traerlos al mundo, pero no merecen el calificativo con que se les nombra.
Timoteo Ndong nos hace reflexionar sobre el hecho de que tener hijos, debe ser un acto consciente y para el que debemos prepararnos bien y asumir lo que significa. Este libro es un análisis de un hecho fundamental para la vida de las personas y de la sociedad: la paternidad.
Estamos ante un libro ameno y fácil de leer, que sería bueno que leyeran muchos jóvenes que no están preparados ni intelectual, ni espiritualmente, para el hecho de ser verdaderos padres. Un padre es quien te cuida y se ocupa de ti. A veces incluso un familiar puede ser más padre que el progenitor.
Y algo más: ser pobre, nos dice el autor, no es una excusa. Ser padre en algunas ocasiones requiere sacrificio. Pero la vida de un hombre o una mujer depende en el futuro del cariño y haber tenido ese primer motor desde su nacimiento y su infancia.