Vida de una mujer amorosa cuenta la historia de una joven de una belleza precoz y deslumbrante, que trastorna a los hombres que se encuentran a su alrededor. «Por poco que se piense, qué difícil es abandonar la vida», le dice con dolor y resignación una vieja mujer, recluida en una ermita, a dos jóvenes que buscan su consejo para entender los misterios del amor. Víctima de su propia virtud, nuestra protagonista entiende desde muy joven que su cuerpo puede ser un vehículo para vivir (cuán cuesta abajo podría rodar el vehículo, no lo habría de entender sino hasta muy tarde). Obligada a dejar su casa para saldar una deuda contraída por su padre, verá desfilar ante sus ojos la inmensa codicia de los hombres y padecerá en cuerpo y alma el descenso desde la más alta estirpe de las cortesanas hasta el inframundo de su profesión.
La novela funciona lo mismo como una road novel que como una punzante crítica que descubre la doble moral en la que estaban afincadas gran parte de las «buenas maneras» japonesas. Saikaku hace a su protagonista transitar por todas las esferas sociales del Japón del período Edo. Vida de una mujer amorosa es junto con la Historia de Genji uno de los relatos más hermosos de la literatura japonesa anteriores al célebre período Meiji.