naturaleza ofrecida adquiere la forma banalizada de lagunas y canales artificiales, bajo la retórica de la oferta de los deportes náuticos y, cuando es posible, de la promesa del acceso directo al río desde cada urbanización (Pintos, 2017: 29).
Los humedales funcionan como enormes esponjas que actúan como reguladores hídricos ante eventos climáticos extremos. Por ejemplo, para la construcción de barrios cerrados se necesita una drástica transformación del terreno y sus funciones naturales a través de obras de terraplenado, relleno, excavación y refulado.