Comprender nuestra mente

Tendremos el poder de crear y alcanzar una nueva maduración cuando sepamos cómo transformar las semillas del depósito de conciencia. Podemos creer que solo se producirá una nueva maduración cuando hayamos abandonado este cuerpo, esta concreta manifestación de nuestras ocho conciencias, pero si observamos profundamente, vemos que la maduración se produce a cada momento. Tenemos la capacidad de regenerarnos a cada momento.

Somos los autores de nuestro destino. La calidad de nuestro ser depende de la calidad de nuestras acciones previas. Esto se denomina maduración.

Cuando podemos ver el ciclo claramente gracias a nuestra sabiduría y visión profunda, ya no necesitamos tener miedo. Sabemos cómo disfrutar de flotar en el océano de nacimiento y muerte.

Nacimiento significa «manifestación» y muerte significa «no manifestación». La no manifestación y la nueva manifestación pueden ocurrir de forma simultánea. El final de la nube y el principio de la lluvia pueden considerarse simultáneos. En realidad, no hay nada que finalice y nada que empiece; solo hay un flujo de manifestación. La no manifestación puede también ser considerada una manifestación. Manifestación y cesación de manifestación ocurren en cada momento.

Nuestras conciencias sensoriales son como ríos. En cada uno de estos ríos está produciéndose nacimiento y muerte, y estos ríos recorren el ciclo del renacer en cada instante. Cuando comprendemos esto y esa comprensión se manifiesta en nuestra vida, alcanzamos el estado de no miedo

ciclo del renacimiento depende de la andadura del cuerpo, del habla y de la mente. A cada instante debemos transmitir una energía de ligereza, de liberación, de paz y alegría, con el fin de que la vida, el ciclo de nacimiento y muerte, sea más bella para nosotros y para todos.

No necesitamos esperar a morir para renacer: renacemos a cada momento.

En el Discurso sobre el sello del Dharma, aprendemos que nirvana es trascender toda idea, no solo ideas acerca de permanencia, de un yo, también ideas sobre impermanencia y no yo. La enseñanza sobre el no yo tiene por objeto salvarnos de la idea de un yo. Pero si nos aferramos al concepto, a la idea del no yo, si tomamos refugio en ella, seremos tan prisioneros de esa idea como lo fuimos de la idea de un yo.

cuando la conciencia se manifiesta, no nace en ese momento. Cuando no se manifiesta, no muere en ese momento.

No manifestado no equivale a inexistente