Hay en refracción un deliberado uso de la violencia. Llevar al lenguaje hasta sus extremos, a los contrasentidos que encierran las partes del todo. Sin resguardo, ni siquiera el de llegar a fin de página porque es irremediable lo que cae y se quiebra, lo que maldice y conjura. Y todo pasa veloz ardiendo sin construirse Rock o plegaria de quien se duele del mundo y se inmola en la pira del sacrificio. Estamos perdidos. No, no lo estamos si hay Otro que refracta nuestra luz. — Marisa Negri