Una resistencia ante todo lo que había estado en contra de mi vida, ante la injusticia y la apatía de la gente. Me negaba a convertirme en un apático más, de esos que no se sumergían en la búsqueda de un futuro, o lo que es peor, en un presente. Hacia resistencia contra todo lo que odiaba. Y lamentaba ser de los pocos en un país en el que se adormecían mucho, empezando por dirigencia política.