Estrabón fue un sincero admirador de la pacificación augústea, que a su juicio reportó bienestar a los heterogéneos pueblos sometidos en la inmensidad de los dominios romanos.
Como el resto de griegos de su tiempo, Estrabón vivía en un mundo dominado por Roma. Nacido en la zona del Ponto (costa septentrional de Asia Menor), fue la suya la región que resistió con mayor tesón, hasta la victoria de Octavio sobre las tropas de Cleopatra y Marco Antonio en la batalla de Actio (31 a.C.). Al igual que tantos escritores helenos, Estrabón viajó a la capital cultural del mundo, sucesora de Atenas y Alejandría. Fue un sincero admirador de la pacificación augústea, que a su juicio reportó bienestar a los heterogéneos pueblos sometidos en la inmensidad de los dominios romanos. Precisamente gracias a esta paz pudo escribir historia para una nueva generación de griegos y romanos.
En los libros V y VI describe la península Itálica y Sicilia; en el VII, el norte de la Europa que él conocía: Epiro, Macedonia y Tracia.