Después de escapar de la cárcel, Tim Sunblade traba una relación con una prostituta llamada Virginia que perdura más de lo esperado, acaso porque ambos descubren en el otro ambiciones y codicias semejantes.
Lo que hoy con ligereza llamaríamos «una química», dominada en el fondo por un compulsivo “amor odio”. Tim planea el asalto a un camión de transporte de caudales y cree que ella es la pareja ideal para el intento. De modo que se instalan como un matrimonio convencional en un suburbio de Denver con el objeto de planificar mejor el robo. Pronto, cuando todas las reglas de juego parecen establecidas, Elliott Chaze empieza a romperlas, para crear una novela negra que cuenta una historia de amor inolvidable.
Admirada como joya del género, Mi ángel tiene alas negras es deslumbrante. Como el encanto que Virginia, el personaje femenino, prodiga en el narrador, el raro influjo que la lectura ejerce en nosotros impide abandonarla.