Cuando las únicas personas implicadas mantienen una relación íntima entre ellas, a menudo conviene anteponer otras prioridades a una búsqueda clínica de la verdad que, en última instancia, podría resultar incluso perjudicial. ¿Tan importante era dirimir a cuál de los dos se le había ocurrido la genial idea de tomarse aquellas vacaciones que a la postre resultaron ser un desastre? ¿Era de veras imprescindible determinar a qué miembro de una pareja se le olvidaba más veces hacer los recados que el otro le encomendaba? Yo no era ningún experto en asuntos de pareja, pero sabía lo que decían los consejeros matrimoniales: asignar culpas no era la solución. Lo que deberían hacer las parejas, en cambio, era reconocer los sentimientos del otro y afrontar sus problemas en equipo.