La historia del amor “involuntario, irresistible y eterno” de Tristán e Isolda, que se prolonga durante toda la vida e incluso después de la muerte, atrajo con fuerza, ya desde sus inicios, a quienes la escucharon. El destino trágico de aquellos dos amantes encadenados de por vida cautivó tan hondo, que de nada valieron las reconvenciones ni los reproches de los predicadores. La historia sobrevivió con fuerza, y su presencia se hace visible aún en nuestros días. De la multiplicidad de versiones originales francesas que se ocuparon de la historia, ninguna sin embargo ha llegado completa hasta nuestros días. El extraordinario romanista que fue Joseph Bédier reconstruyó con sabiduría y precisión, a partir de los fragmentos conservados, la historia de los dos desdichados amantes. Hoy nos llega con el aliento de su primer día, y nos deja un hondo y duradero recuerdo.
«Bédier, fascinado por esta historia que revolucionó las emociones de los franceses del siglo XII, recogió los fragmentos que se conservaban, y para completarlos se puso en la piel del poeta medieval Béroul. Siglos después, el resultado es una leyenda viva y salvaje, donde los amantes protagonizan una historia de amor que se alarga más allá de la muerte”.
Lídia Penelo, Público
«El comienzo trepidante del libro –bodas, batallas, desapariciones— permite una inmersión eficaz que el lector sigue con reservas generosas de oxígeno, que va dejando escapar poco a poco, cada vez que Tristán e Isolda sufren una nueva desventura”.
Jordi Nopca, Time Out «Una de las maravillas literarias de nuestra cultura».
Francesc Parcerisas, La Vanguardia
«Un relato grande e intenso cosido de aventura en aventura, adornado cautamente con simbologías y mágicas prácticas, sostenido por la sorpresa y el asombro permanentes y fundamentado en el misterio del amor que cautiva, perdura y trasciende a una realidad siempre desilusionante y cambiante”.
Fulgencio Argüelles, El Comercio