Mara, Mara, están intentando separarnos, son ellos quienes lo hacen, Mara. Mara, tengo que elegir. Ayúdame. Eché a correr, sí, a correr despavorida por mi calle, nuestra calle, a través de la espesa niebla, aunque no había niebla, sino gente a mi alrededor, como sombras revoloteando que se daban la vuelta sorprendidas de que yo corriera, oscuridad en la oscura tarde, todo estaba tan, tan oscuro, o eso me parecía