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Han Suyin

Amor de invierno

  • Moncerratцитирует5 месяцев назад
    el dedo anular de la mano izquierda lucía una alianza sencilla que me pareció de plata.
  • Moncerratцитирует5 месяцев назад
    Yo iba a segundo. 20 de septiembre de 1944. El septiembre de Londres, joven, no gélido, pero sí frío, gris amarillento, flácido, viscoso, tiritante, adherido a las piedras y las columnas del claustro.
  • Jumkoцитирует5 месяцев назад
    Y así sigo, por seguir, mientras el otoño se asienta y la oscuridad se cierne para dar paso a otro invierno avasallador, a un frío tan frío, a unos días cortos tan cortos que hay que encender la luz a las cuatro de la tarde; así que enciendo la luz y subo el volumen de la radio y corro las cortinas para no dejar entrar a la noche
  • Jumkoцитирует5 месяцев назад
    Tal vez tenga que pasarme toda la vida así, buscándola con avidez, haciendo y diciendo cosas que no quiero hacer ni decir, sabiendo siempre que, casi al alcance de mi mano, hay algo maravilloso, inabarcable. En fin, soy lo que soy e hice lo que hice
  • Jumkoцитирует5 месяцев назад
    Mara, Mara, están intentando separarnos, son ellos quienes lo hacen, Mara. Mara, tengo que elegir. Ayúdame. Eché a correr, sí, a correr despavorida por mi calle, nuestra calle, a través de la espesa niebla, aunque no había niebla, sino gente a mi alrededor, como sombras revoloteando que se daban la vuelta sorprendidas de que yo corriera, oscuridad en la oscura tarde, todo estaba tan, tan oscuro, o eso me parecía
  • Jumkoцитирует5 месяцев назад
    Sentí que lo había sabido desde el principio, pero que, como tantas personas de su clase, era una maestra en el arte de no ver ni oír ni saber cosas que le resultaban desagradables. Y en ese fogonazo de intuición me sentí más cerca de la tía Muriel de lo que me había sentido jamás, verdaderamente próxima, verdaderamente de su misma sangre, pariente y amiga
  • Jumkoцитирует5 месяцев назад
    Todos nos traicionamos a nosotros mismos, y fingimos, porque no podemos hacer frente a todas, todas las contradicciones.
  • Jumkoцитирует5 месяцев назад
    Qué imbécil, pensé. Qué imbéciles son siempre los hombres, y tan increíblemente egoístas con todas sus ideas machistas sobre lo que piensan las mujeres y cómo deberían ser felices solo por estar con ellos. Y no es cierto, nunca es del todo cierto, las mujeres no son felices solo con casarse y tener hijos y hacer las tareas del hogar, también quieren otra cosa. Pero tenemos tan poca seguridad en nosotras mismas, siempre hemos dependido tanto de la aprobación de ellos, que nos sentimos culpables si no somos tan felices como debiéramos. Qué pocas intentamos averiguar de verdad cómo somos en realidad por dentro…
  • Jumkoцитирует5 месяцев назад
    Pensé: ahora lo sabe todo sobre mí, ahora sabrá qué hacer conmigo. Lo sabrá. Sabrá por qué soy como soy. Se hará cargo de mí
  • Jumkoцитирует5 месяцев назад
    Así pues, sentí un repentino amor muy intenso por Mara y, a la vez, tristeza por las dos. Ahí estábamos, llevadas hacia un lugar desconocido por un taxi desvencijado… Había algo simbólico en eso, era un poco como el futuro que nos aguardaba, tan incierto, y me entraron ganas de abrazar a Mara y decirle: amor mío, dime que las dos nos amamos, dime que no me preocupe de nada, dime que sea como tú, segura y convencida y no tan práctica. Pero no lo hice, y el ánimo exaltado se apagó y me entró hambre
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