El amor le roba la tranquilidad a tu alma, absorbe tu paciencia y te hace desquiciar, dejas de ser autosuficiente y te vuelves dependiente, tu felicidad está condicionada por su risa, por su mirada, por su forma de caminar… Te sume en un estado de estupor tan profundo que llegas a creer que si no estás con él te faltará el aire y no podrás respirar.