—He venido a Londres para decirte que te amo. Por favor, créeme.
Nick dio un paso hacia ella y le alzó la barbilla con un dedo para inclinar su boca hacia la suya.
—Jamás volveré a dejarte, Isabel —dijo de corazón—. Lamento haberme ido,pensaba regresar mañana, lo juro. —El beso fue tierno y absorbente y reafirmó la promesa implícita en sus palabras.
Ella lloraba cuando él alzó la cabeza.
—Te fuiste antes de que pudiera explicártelo.
La envolvió entre sus brazos.
—Lo sé. Lo siento.
La voz de Isabel sonó amortiguada contra su pecho.
—Quería arreglarlo, Nick.
—Lo sé.
—Pensé que ya no me amarías.
Él la alejó un poco para verle los ojos.
—No, Isabel. Por Dios, te quiero más que nunca —aseguró con tono depreocupación.
Ella sonrió a pesar de las lágrimas.
—Bien. Estuve pensando en enviar a Voluptas como ofrenda de paz, peropesaba demasiado.
Él sonrió.
—Prefiero a mi Voluptas real.