Me costó mucho trabajo terminar de leer este libro, pero me obligue a hacerlo porque una parte de mi sentía que era una especie de traición hacia la autora el no hacerlo. Casi al llegar al final Boyer confiesa que para ella escribir Desmorir fue sumamente difícil escribir este libro, pero que se obligo a hacerlo porque de lo contrario sería una traición. ¿Curioso no? Pero también es cierto que la narración en ciertos momentos me atrapó, sobre todo en esos momentos en los que la autora se desbordo y se permitió hablar del dolor, de la injusticia y del agotamiento.
—M
Profundiza en la enfermedad desde adentro, desmenuza la figura de la enferma y lo que sucede dentro y fuera de ella. Asimismo aborda otros temas crueles, pero reales: trabajar aún con la enfermedad, pagar cuentas, cuidar de una hija, vivir, seguir viviendo a pesar de…
Lo leí mientras lo audioleía y me queda más por leer aún, una invitación a profundizar más, sobre el cáncer, sobre la enfermedad. A leer de veras a Sontag, a Acker a releer este libro.