Aplicando su aclamado enfoque integral, Ken Wilber formula una teoría de la espiritualidad que, sin dejar de reconocer los logros de la modernidad y de la postmodernidad (es decir, teniendo en cuenta las revoluciones de la ciencia y de la cultura), incorpora también las enseñanzas esenciales de las grandes religiones.
Wilber muestra el modo en que la espiritualidad actual combina la iluminación oriental (que subraya el cultivo de los estados superiores de conciencia) con la Ilustración occidental (que nos ofrece los descubrimientos realizados por la psicología evolutiva y la psicología psicodinámica), proporcionándonos así claves esenciales para el desarrollo de una espiritualidad más integral.
Basándose en este marco de referencia integral, Wilber esboza el papel radicalmente novedoso que la religión puede desempeñar en el mundo actual. La extraordinaria influencia que tienen las religiones sobre la mayoría de la población las coloca en una posición privilegiada para solucionar algunos de los principales conflictos a los que nos enfrentamos.
Adoptando una visión más integral, las grandes religiones pueden actuar como catalizadores del desarrollo humano, promoviendo el avance desde lo mágico hasta lo mítico, lo racional, lo pluralista y lo integral y hacia una sociedad global que honra, al tiempo que incluye, todas las estaciones de la vida a lo largo del camino.