La primera edición de Die Traumdeutung (La interpretación de los sueños) se publicó unos días antes del siglo, aunque en la portada constara ya la fecha «1900». Es posible observar en esta pequeña licencia algún indicio del valor inaugural que el mismo Freud, clarividente, reservaba a su obra cumbre. La primera edición tuvo una desastrosa acogida por parte del público y la crítica. En una carta a su amigo Fliess, pocos días después de la publicación del libro, el autor se lamentaba: «No hemos adelantado demasiado a nuestro tiempo…». No obstante era también consciente de que, de uno u otro modo, el enigma de los sueños había sido por fin desvelado y que el destino de La interpretación de los sueños era convertirse inexorablemente, en la obra pionera del psicoanálisis. Hoy es también una de las obras maestras de la literatura y el pensamiento del siglo XX. Los progresos científicos alcanzados no han conseguido restar valor ni actualidad a la exposición freudiana de los temas oníricos, aquí presentada en la magistral traducción de Luis López-Ballesteros y de Torres, que mereciera ya en 1923, un comentario elogioso del mismo Freud.