«La cultura de un pueblo se mide por sus tradiciones vigentes. Ellas han sobrevivido para conferirle un modo de ser inconfundible, un lugar de encuentro para la que la comunidad sepa que está ligada a su tierra, que pertenece a ella como a sus montañas, valles, ríos y mares. Que tiene un lugar en el mundo. Que nuestros ancestros las inventaron para otorgarnos una historia, una legitimidad, un amor que se prolonga a lo largo de los siglos».