De esta trilogía, escogí el último relato; La Habitación Cerrada. Leí esta historia por primera vez cuando tenía 17 años y se quedó para siempre dentro de mi cabeza. Me dejó la intriga endemoniada del por qué Fanshawe se fue, por qué dejó todo y a todos así. Me atraía esa oscuridad. Por qué, por qué alguien hace eso? En ese entonces no lo comprendía pero ahora a mi edad ya lo sé perfectamente. La vida muchas veces te da motivos para decidir que ya nada importa, que ya nada te da vida. En esta historia vemos a un amigo del pasado buscando a quien ya es un desconocido, al genio loco. Y como esa búsqueda se torna en una obsesión enferma y autodestructiva para el protagonista.
Es alucinante como P. Auster puede sumergirte en sus historias y los eternos simbolismos de los que llena cada relato. Te das de cara con el lado más críptico y muchas veces absurdo de la condición humana.
Te rompe la cabeza.