El 25 de abril de 1986, mientras se testeaba un sistema de enfriado de emergencia, un operario casi apagó el reactor. Para mantener el flujo de energía, los ingenieros anularon el sistema de seguridad y subieron la tasa de reacción. Como la temperatura aumentó de golpe, la presión del vapor se volvió demasiado grande e hizo volar al reactor.