La historia de Pablo Escobar, el mayor narcotraficante de Colombia, y quizás del mundo, es retratado magistralmente en este libro. Conocido como el Patrón del Mal por su imperio de la cocaína fue partícipe de una red de corrupción que no conoció fronteras.
Este es el tipo de libro que los poderosos desearían acallar, desacreditar o destruir. No porque todos ellos sean corruptos, sino simplemente porque han decidido, a conciencia y desvergonzadamente, amparar hasta las últimas consecuencias a aquellos de sus filas que sí se han dejado tocar por la vara de oro de los grandes hechiceros de la droga.
Los peces gordos, después de todo, viven más seguros en la vistosa pileta de la plaza.