Memoria errante

Nada queda de lo que fuimos
somos un regreso pendiente en todas partes.
Nos vamos volviendo hojarasca
nos vamos recomponiendo.
Puede que la tibieza
sea lo único que resista.

Vengo de no estar.
Voy amueblando estancias
sorteando esperpentos
sacudiendo semillas de anís

Pero uno intenta
como los pájaros:
huir quedándose.

Por qué hemos ido tan lejos
si había que irse
si hay lejanías menos lejanas.

o se te vaya a ocurrir
después de todo
necesitar nombres
querer dormir
viendo bajar la neblina
oyendo pájaros conocidos
oliendo a café dulce
abrazando una espalda frágil.
Nos hacemos gusanos
a los que ya no les crecen esperanzas.

No es cierto que vinimos a vivir en la tierra/ sólo vinimos a soñar/ en hierba de primavera vinimos a convertirnos”.

No llegamos a ser

lo que parecíamos

ni cumplimos las promesas

que vieron en nosotros

las que no prometimos

las que nos pesan.

Fuimos otros

no fuimos lo esperado

Me miras

y sé que temes descubrir

la ceniza en mis ojos

la que me vuelvo de vez en cuando

la que soy

la que temes

cuando me hago ceniza

Nosotros

puro vacío

piel de tambor curtida

de todo lo urgente

que nos falta

Me queda

un último recordatorio

un sueño de ceniza

sobre la piel suave