Imagine. Creer para crear Descubre tu verdadero motor de vida

Los seres humanos impulsados por evitar el fracaso son más propensos al estrés, la ansiedad y la depresión porque permiten que el miedo ejerza un papel protagónico en su vida. Esa clase de síntomas psicológicos tiene una relación directa o indirecta con la desmotivación.

El argentino Estanislao Bachrach, en su libro ÁgilMente, nos propone siete creativos mandamientos que hay que respetar cuando estemos generando ideas.
No te juzgarás: deja fluir tus ideas, sé flexible.
No harás comentarios: cualquier comentario creativo o crítica cambiará tu humor, y eso afectará tu potencial creativo.
No editarás: no dejes que tu editor interno interfiera en el proceso. Editar es trabajo del hemisferio izquierdo del cerebro, que no está invitado a la generación de ideas.
No ejecutarás: se te ocurre una idea, y al segundo, otra parte de tu cerebro ya está distraída pensando cómo la implementarás.
No te preocuparás: el miedo es una gran bloqueador de la creatividad.
No mirarás hacia atrás: evita decirte que “Esa idea ya la probé hace dos años y no funcionó”.
No perderás foco: es fácil empezar a perder energía y foco en lo que estás haciendo. No lo hagas.

Es un proceso constante para darle forma y moldearlo y, en cuanto comprendamos que ser creativo es un proceso material para el que hay que adquirir destreza y práctica, podremos enseñarlo.

Después de emprender un camino en el que todos los días intento que mis sueños determinen mis acciones

para sobrevivir a la fuerte competencia en el mundo empresarial es necesario reimaginar esquemas, paradigmas y sistemas que les den a las compañías una naturaleza cambiante, ideal para estos tiempos de volatilidad.

a imaginación, como materia prima de toda innovación, es la capacidad del ser humano para explorar realidades distintas, alternas, hasta ese momento inexistentes, pero al fin y al cabo válidas en la mente de cada persona.

Sin lugar a dudas, debía hacer algo para aprovechar esa oportunidad que se presentaba ante mis ojos

Sí, volar seguía siendo un gran sueño, pero la posibilidad de ganarme la vida a través de mi propia imaginación me daba una sensación de libertad y autonomía única que no pensaba desaprovechar