Durante una serie de conferencias que dio en Sudamérica en medio de su exilio, el 29 de octubre de 1940 el escritor austriaco Stefan Zweig se presentó en Buenos Aires ante mil quinientas personas. Dicen que otras mil quinientas quedaron afuera. El ensayo que leyó –y que da el nombre a este libro— es una exploración hacia el proceso que hay detrás del surgimiento de una obra de arte. Tomando la producción de grandes creadores, como Mozart o Poe, Zweig busca los mecanismos para acceder al momento mágico en que lo imperecedero se manifiesta en este mundo a través de las manos de un mortal como cualquier otro.
En la misma línea de esa reflexión, este volumen se completa con perfiles de escritores y artistas que Stefan Zweig publicó a lo largo de su vida, en forma de columnas y discursos fúnebres. Así, para la aventura que emprende en su intento de develar el misterio de la creación artística, se apoya profundizando con agudeza en la vida, obra y muerte –o trascendencia— de Balzac, Dickens, Nietzsche, Teresa Fiodorovna Ries, Lord Byron, Tolstoi, Proust, Arthur Schnitzler, Joseph Roth, Toscanini, Romain Rolland, Rilke, E.T.A. Hoffman, Freud y Gustav Mahler.