Molly Wizenberg nos propone un paseo por la vida a través de lo culinario.
Cuando el padre de Molly Wizenberg murió de cáncer, ella decidió que su vida tenía que dar un cambio y se fue a París, donde había viajado con su padre de niña. Recordaba sus paseos matutinos en las calles del Barrio Latino y el sabor de su primer pain au chocolat, así que se encontró de nuevo mirando escaparates de pastelerías, catando quesos en mercados al aire libre y leyendo libros de cocina. Ahí decidió comenzar a escribir su blog Orangette, que enseguida consiguió decenas de miles de lectores devotos. Uno de ellos, un músico neoyorquino llamado Brandon, se quedó prendado de la autora de Orangette y decidió entrar en contacto con ella. Comenzaron una relación a distancia que acabó en matrimonio y en la apertura del restaurante Delancey en Seattle.
Un hogar en la cocina es la primera gastromemoria de Molly Wizenberg, y en ella selecciona los textos y recetas más apetitosos de su blog. La autora entrelaza recetas de cocina con historias personales en las que aparecen su familia, sus amigos y sus amores, ya sean estables o efímeros. Para Wizenberg, las recetas son mucho más que una lista de ingredientes: ella sabe que hay una historia de vida detrás de cada una y que su misión es compartirla con sus lectores.
La autora consigue que los lectores la conozcamos y entremos en su día a día únicamente a través de su relación con la comida. Gracias a ella redescubrimos el gran potencial de lo alimenticio para crear vínculos y recuerdos.
Desde los picnics de su niñez en Oklahoma hasta la ensalada de patata de su padre, la comida y los recuerdos están íntimamente relacionados. Al leer sus textos, cuesta decidir si sentarse cómodamente a devorar sus historias, o si salir al mercado a llenar la cesta para elaborar el salmón glaseado con sidra o el pan de plátano con chocolate y jengibre confitado.
Un libro que ha de estar presente tanto en los estantes de la biblioteca como en la cocina.
«Las indicaciones de Wizenberg se van entrelazando por medio de una voz encantadora que proporciona un claro equilibrio con los pasajes reflexivos. Su fuerte personalidad destaca entre las voces culinarias de su generación».
Publishers Weekly
“Molly Wizenberg, una joven apasionada por los dulces y los adverbios, es una aspirante al tono de M. K. Fisher. Su blog Orangette es un informe genial y cuidadosamente escrito sobre comer y vivir”.
Christine Muhlke (The New York Times)
«El libro de Molly Wizenberg es una caja de bombones sofisticados ante los que sonríes y gesticulas al ir descubriendo de qué está relleno cada uno».
goodfoodstories.com
«No solo su escritura es una delicia: también lo son sus recetas».
Penny Pleasance (New York Journal of Books)