El estoico Diodoro cree que el devenir histórico de la humanidad responde a un proyecto global y preconcebido de la divinidad. Esta visión de la Historia caló en el cristianismo y ha sido la predominante durante siglos en Occidente.
El prestigio de Diodoro fue grande en la Antigüedad, en Bizancio, en el Renacimiento y durante todo el siglo XVIII. Y si bien algunos críticos del siglo XIX se mostraron muy severos con él, la crítica moderna reivindica el valor y la originalidad de la Biblioteca histórica.
Los libros IV-VI están dedicados a Grecia y Europa, y cierran la parte de la Biblioteca que narra la historia por regiones geográficas. La siguiente gran sección (del libro VII al XVII) relata la historia mundial desde la guerra de Troya hasta la muerte de Alejandro Magno.