«No es fácil para un escritor abordar las vicisitudes del alma, como tampoco es fácil vivir la vida plenamente y no morir en el intento. Sin embargo, en este vasto peregrinar de caminos uno aprende a sortear obstáculos y a mirarse un poco, no tanto desde adentro, sino desde el costado de su camino, desde la vera de su alma. Pienso que quien logra hacer eso puede entender un poco más las propias contrariedades y lograr salir airoso del complejo devenir de la vida».
La autora nos revela en este libro el vasto horizonte de su alma.