El libro de las lágrimas

La mayor parte del llanto es nocturno. La gente llora de cansancio. Pero qué horrible es oír decir a alguien: «¡Sólo está cansada!». Cansada, sí; pero ¿«sólo»? No hay nada de «sólo» en eso.

Ovidio preferiría que tanto yo como otras mujeres nos contuviésemos:
No hay límite en el arte: en el llanto hay que llorar con
[gracia,

aprender a derramar lágrimas sin perder la compostura.

Ocultarse es otra forma de evitar que las personas intenten ayudar, de no tener que explicar cómo y por qué no pueden ayudarme. Me gustaría colgar un cartelito en cada cristal de las gafas: «Fuera de servicio».

Un día le digo por teléfono que si empiezo a llorar quiero que se ponga a cacarear como una gallina. Cuando me tiembla la voz, Emily se asusta y empieza a graznar como un pato. Y entonces yo río y lloro a la vez —con lágrimas, mucho ruido y agradecida— y es como si el corazón se me volviera del revés.

agotadas por la preocupación y la espera.

Si alguien se desmorona en la cocina, en el espacio de trabajo y alimentación, es que tiene que estar realmente destrozado.

El sistema lagrimal se desarrolló por primera vez cuando los peces se convirtieron en anfibios terrestres.71 Dejamos el agua y empezamos a llorar por el hogar que habíamos abandonado.

¿Cómo se fotografía el llanto? ¿Cómo se contiene el impulso de intervenir y se remplaza por el impulso de documentar?

«Quiero morir, quiero morir». Es una canción que mi cuerpo conoce muy bien.

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Y no sé si la canción viene de dentro o de fuera, si la evocan estructuras del mundo o estructuras de mi sangre. Ambas, ninguna, todas.

Se dice que quizá lloramos cuando fracasa el lenguaje, cuando las palabras ya no pueden transmitir adecuadamente nuestro dolor.