Unos ojos recién inaugurados

¿Qué significan las abuelas para el resto? ¿Significan para todos lo mismo que para mí? Entre los que piensan que le deben todo a sus abuelos, ¿realmente mi abuela fue tan excepcional como pienso? Pero si no lo fuera, no habría tenido la necesidad de escribir esto, de transcribir sus frases, de querer escucharla todos los días. De mis otros tres abuelos también tengo recuerdos vitales, atesorados. No fue solo quererla y dejarla quererme, de esa manera gratuita que tienen los abuelos: a veces regañones, generalmente cariñosos, siempre generosos, todos mis abuelos fueron para mí una parte muy importante de mi vida.

“Mi único sueño es estar en la cama leyendo”

? Pero si no lo fuera, no habría tenido la necesidad de escribir esto, de transcribir sus frases, de querer escucharla todos los días.

: estoy locomotorizada”.

¿Qué significan las abuelas para el resto? ¿Significan para todos lo mismo que para mí? Entre los que piensan que le deben todo a sus abuelos, ¿realmente mi abuela fue tan excepcional como pienso

La abuelidad es un parentesco con lo mejor de la progenie y ninguno de sus defectos. No hace falta poner límites, ni tampoco fuerza la convivencia. El nieto está en un estado natural de apertura; la abuela, de ofrecimiento. Yo tomé todo lo que pude, a manos llenas.

Mi mujer suele decir: “Sos más hijo de tu abuela que de tus padres”. El humor no requiere ser justo, pero más allá de lo que sí expresa, pienso en lo que no: mi abuela era mi alma gemela, precisamente porque fue una de las personas que más me formaron, como antes ella a mi padre

Y ahora, que su conversación ya no me acompaña cada noche, pienso en ese tesoro perdido salvo en mi memoria, aunque también está en mi personalidad, que es una de las formas de la memoria.

A mí me daba mucho orgullo que me escucharan hablando con ella, y si estaba con amigos me aseguraba de que supieran con quién estaba hablando, el pollerudo siempre contra la falda de la abuela.

Dos cosas que te cambian la vida:
—una buena abuela
—un buen editor
Julieta Roffo

Me diría, como me dijo una vez: “Es la única manera de aprender: afrontar riesgos razonables”.