—Eres una niña mimada —digo de inmediato—, si la niña mimada quiere hamburguesa tenemos que ir por las hamburguesas, si la niña mimada quiere helado tenemos que ir por helado —digo todo esto mientras pongo mi toalla sobre el lavamanos—, si la niña mimada quiere pizza tenemos que ir por la puta pizza, aunque sea medianoche…